Policiales

Intriga la muerte de un anciano por un disparo en la cabeza

El hombre fallecido fue identificado como Héctor Raúl Pla (87). Lo encontró su nieto el martes a la mañana, con un disparo en la sien derecha. Estaba en un sillón de su humilde vivienda en Miramar. La falta del arma llena de intriga a los investigadores.

El cuerpo sobre un sillón, en posición sentada. Con un disparo en la sien derecha. La aureola de la herida como evidencia del roce del cañón. La casa sin desorden y el pantalón del muerto, con dinero, al igual que el primer cajón del único mueble del comedor. La víctima, un hombre muy anciano y solitario. Hubiera afirmado cualquier investigador que se trataba de la escena de un suicidio salvo por una ausencia decisiva: el arma.

Semejante enigma, digno de un acertijo para playa que cientos de turistas en Miramar suelen abordar con esperanza de solución, se presenta como un gran desafío para la fiscal Ana María Caro, quien debe resolver lo que le sucedió a Héctor Raúl Pla (87).

“Por el momento no hay elementos que determinen el móvil de la muerte y la causa aún figura como Averiguación de hecho ilícito”, dijo a LA CAPITAL.

Pla (87) fue encontrado muerto por un nieto en el mediodía del martes, en su domicilio de calles 38 y 1 de Miramar. De acuerdo a lo reconstruido por la fiscal, en la tarde del lunes el mismo nieto había visto a Pla y habían dialogado con total normalidad.

El martes al mediodía el nieto se dirigió nuevamente a la casa en compañía de una hija para llevarle a su abuelo unos chocolates. Como tenía llave de la vivienda, entró sin problemas pero se encontró con la escena.

La autopsia realizada en la morgue judicial de Mar del Plata determinó que el deceso databa de la madrugada del mismo día y que la causa había sido la lesión producida por un disparo de arma de fuego. De todos modos, en un principio el nieto no advirtió la herida en la sien o, al menos, no la relacionó con un disparo.

Pero lo que más llamó la atención de los investigadores fue que daba la impresión de tratarse de un caso de suicidio, con la salvedad de que no había ningún arma en el lugar. Pla estaba recostado sobre el sillón y según los forenses que efectuaron la autopsia, en ese mismo lugar se produjo la muerte.

En el resto de la vivienda no había desorden ni faltantes. En uno de los bolsillos del pantalón de Pla -hallado a poca distancia- había 300 pesos y en el primer cajón de un mueble cerca de 3.000, además de algunos dólares.

“El robo acá no es una opción y las hipótesis pasan por otro lado”, dijo entre líneas la fiscal Caro que no quiso adelantar demasiado del rumbo que toma la causa.

No obstante, la posibilidad de un suicidio asistido no se descarta. Será la hipótesis más difícil de probar y si el barrido químico en la mano derecha de la víctima arroja resultado positivo (es decir, que se hallan rastros de deflagración) podría archivarse la causa como “suicidio”.

El faltante del arma sigue siendo un problema a resolver para los investigadores que, por el momento, descartaron que el nieto tenga alguna vinculación al respecto.

Para hoy a la mañana está prevista la pericia en el proyectil extraído del cráneo de la víctima y la principal conclusión que se aguarda es la del calibre. Todo indica que podría tratarse de un calibre 32.

Finalmente, en relación a los vecinos, estos aseguraron no haber escuchado ladrar al perro de la víctima, por lo que se cree que la persona que alteró la escena del crimen (o la transformó en tal) ingresó a la casa con el consentimiento de Pla.

La titular de la UFI descentralizada de Miramar se abstuvo de brindar más información por temor a entorpecer los pasos investigativos y por eso continúan distintas diligencias policiales.

Miramar, la ciudad de los crímenes inusuales

Como toda ciudad chica, a Miramar algo la distingue y la hace grande. Se trata de una localidad balnearia donde muchos argentinos vieron pasar su infancia verano tras verano, donde las bicicletas se hicieron una marca registrada y en donde, convencimiento o no aparte, las energías se canalizan entre los árboles del Bosque Energético.

En las últimas décadas, sin embargo, aquello que colocó a Miramar en el foco fue la singularidad de sus asesinatos. El primero que llamó la atención nacional fue el que tuvo como víctima a Héctor Rubí González (54), el titular de la Cooperativa Eléctrica de Mar del Sud y dueño de una panadería. En julio de 1996 González fue asesinado a tiros dentro de su automóvil y el crimen se pudo esclarecer por un audio. Es que González decidió colocar un grabador debajo de uno de los asientos y así fue como se supo que quien lo había asesinado era Luis Esteban Maidana a pedido de otros comerciantes de Mar del Sud. El crimen ocurrió en el camino que une Miramar y Mar del Sud.

Más adelante en el tiempo se produjo el homicidio de Natalia Melmann (15), la adolescente que en febrero de 2011 fue hallada sin vida en el vivero dunícola después de 4 días desaparecida. Por el abuso sexual y el asesinato fueron condenados a perpetua tres policías, Ricardo Anselmini, Oscar Suárez y Ricardo Echenique. También fue condenado por “entregador” Gustavo Fernández.

Luego se produjeron otros homicidios impactantes: el de Manuel “Manolo” Duarte, un adolescente del que sólo se encontraron algunos restos. Su ausencia se produjo en el año 2005 una noche en la que dejó su bicicleta en una escollera céntrica. Nunca se resolvió.

En mayo de 2013 fue asesinada la trabajadora social Laura Iglesias, que realizaba tareas para el Patronato de Liberados. A la mujer, de 55 años, la violó y estranguló Esteban Cuello, de 22, quien de menor había tenido episodios de abuso sexual.

Finalmente, en esta compilación de sólo algunos de los crímenes llamativos de Miramar, el noviembre de 2011 la muerte del niño Gastón Bustamante conmocionó a todo el país. Al menor de 12 años lo golpearon, estrangularon y sofocaron. El único detenido por este caso fue Julián Ramón, novio de la hermana de la víctima, a quien se lo acusó de ser el asesino por unas huellas digitales encontradas en un televisor. Aunque la causa sigue abierta, Ramón está en libertad y sobreseído.

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